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Los dos elefantes que duermen contigo (y deciden por ti .. aunque no lo sepas)

19 de noviembre de 2025 por
Los dos elefantes que duermen contigo (y deciden por ti .. aunque no lo sepas)
Lidera Tu Cambio, Ricardo Santiago Cachero

Preparando la promoción de la segunda edición de mi programa IM-PA-RA-BLES, me he dado cuenta de algo que me golpeó de lleno. Durante mucho tiempo, demasiado quizás, he convivido con "dos elefantes en mi habitación". No son mascotas, son inquilinos pesados. Y (spoiler) estoy convencido de que, en cuanto te los describa, tú también vas a reconocerlos en tu salón, en tu oficina o mirándote en el espejo.

El primer elefante es una criatura inmensa, poderosa, pero que vive anclada a una pequeña estaca de madera clavada en el suelo. Seguro que conoces la historia de Jorge Bucay. Cada vez que mi "yo" soñador le decía: «¡Vamos! Vamos a correr, vamos a volar, vamos a comernos el mundo…», la respuesta de este elefante era un suspiro resignado: «No puedo. Estoy atado a esta estaca». Lo curioso es que la estaca es minúscula y el elefante tiene fuerza de sobra para arrancarla. Pero no lo hace. ¿Por qué? Porque cuando era un bebé, lo intentó y no pudo. Grabó a fuego en su cerebro un mensaje limitante: "No es posible". En psicología, a esto se le llama Indefensión Aprendida. Es esa voz que te dice "para qué voy a intentarlo si siempre sale mal", "yo no sirvo para esto" o "en esta empresa las cosas nunca cambian". Es el elefante del pasado condicionando tu futuro.

Y luego está el segundo elefante. Este es más traicionero. Es un elefante invisible. He convivido con él durante años, rozándome con su piel rugosa, esquivándolo en el pasillo, pero jamás lo vi. Estaba ahí, ocupando espacio, consumiendo energía, pero mi cerebro había decidido borrarlo de la ecuación. Hasta que un día, decidí cambiar los "cristales" con los que miro la vida y, de repente… ¡Boom! «¡Ah, estás ahí! Siempre has estado ahí». Era una verdad incómoda, una emoción no gestionada o una realidad que prefería ignorar para no sufrir. Nuestro cerebro es una máquina de filtrar información; el Sistema de Activación Reticular (S.A.R.) solo te muestra aquello en lo que te enfocas. Si no quieres ver el problema, tu cerebro lo vuelve invisible para protegerte del dolor. Es un mecanismo de supervivencia, sí. Pero vivir ciego no es vivir, es sobrevivir ... a oscuras.

¿Te suena de algo todo esto? Mis elefantes me mantuvieron quieto, en una calma tensa, mientras yo sentía ese "gusanillo" de que la vida no podía ser solo esto.

Ahora, llevémoslo al terreno de juego: Tu equipo y tu empresa. Porque las organizaciones no son entes abstractos; son sumas de cerebros con sus propios elefantes. Piénsalo un segundo.

¿Cuántos "elefantes atados" hay en tu oficina? Son esos equipos que repiten el mantra de «Aquí siempre se ha hecho así». Tienen el talento, tienen los recursos (la fuerza del elefante), pero están atados a una estaca emocional o burocrática del pasado. Un fracaso anterior, un jefe que les cortó las alas hace cinco años… y ahí siguen, creyendo que no pueden arrancar la estaca, cuando en realidad solo necesitan un tirón de confianza.

¿Y cuántos "elefantes invisibles" hay en la sala de reuniones? Son esos temas tabú de los que nadie habla pero que todos sienten. El conflicto latente entre departamentos, el líder que no lidera, la bajada de calidad que todos ignoran. En las empresas, el elefante invisible se llama "Ceguera Organizacional". Todos saben que está ahí, ocupa espacio, molesta, huele… pero nadie se atreve a decir: «Oye, hay un elefante en la sala». Y mientras nadie lo nombra, el elefante sigue creciendo hasta que aplasta los resultados.

La pregunta del millón es: ¿Qué hacemos con el zoo? Romper la inercia es simple, pero (otra vez el spoiler) no es sencillo.

  1. Para el elefante atado (Indefensión): Necesitas Evidencias de Capacidad. Demuéstrale a tu cerebro (o a tu equipo) que la estaca ya no es tan fuerte. Da un paso pequeño, genera una "victoria rápida". Cuando el cerebro ve que la estaca se mueve, el paradigma cambia.
  2. Para el elefante invisible (Ceguera): Necesitas Valentía y Conversaciones Difíciles. Necesitas limpiar las gafas con las que miras. Preguntar, cuestionar y, sobre todo, estar dispuesto a ver lo que no te gusta. Que lo hay. Solo cuando haces visible lo invisible, puedes gestionarlo.

Salir de la rueda de hámster, ese lugar donde corres mucho pero no avanzas porque tus elefantes te bloquean, requiere pararse. Requiere dejar de HACER compulsivamente para empezar a OBSERVAR[TE] conscientemente.

Te dejo unas preguntas para que observes a tu manada:

  • ¿A qué estaca sigues atado/a hoy por una creencia que se formó hace años?
  • ¿Qué es eso tan grande y evidente en tu vida (o en tu trabajo) que estás eligiendo no ver?
  • Si tus elefantes desaparecieran mañana… ¿hacia dónde correrías?

Recuerda: Lo que no haces consciente, se manifiesta en tu vida como destino. Tú decides si sigues cuidando elefantes o empiezas a ser el dueño del circo.

Los dos elefantes que duermen contigo (y deciden por ti .. aunque no lo sepas)
Lidera Tu Cambio, Ricardo Santiago Cachero 19 de noviembre de 2025
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